29 de septiembre de 2010

Voveré y seré asiática

Vuelve Nikita. Ni yo lo puedo creer todavía. Se hace realidad lo que reclamaron los fanáticos ardientes de la primera serie, aquella que terminó a medias en 2001. Sí, sí. Mucha gente quería a Nikita de nuevo, esa chica rubia que asesinaba terroristas a sangre fría pero con un dejo de arrepentimiento. Esa chica alta que hablaba con voz ronca y vestía tacos altos, lentes oscuros y Dolce&Gabanna. Esa chica fascinante que amaba a su jefe Michael, otro asesino despiadado de la Sección 1. Si no la viste, te perdiste una de las mejores cosas que hubo en la tele.

Nikita está de vuelta, sin Peta Wilson ni Roy Dupuis, pero con gente joven llena de energía, con otros colores de pelo y otras estaturas. Nikita ahora es Maggie Q, esa morocha con rasgos asiáticos que lo caga a palos a Bruce Willis en “Duro de Matar 4.0”. ¿Te acordás? Era la chica mala a la que John McClane tira por el ascensor luego de pelear mano a mano. Cuando el novio pregunta, McClane le dice: “La última vez que la vi, estaba en el fondo de un elevador con una camioneta incrustada en el culo”. De salón.

Bueno, ahora la mina viene a seguir matando gente corrupta, pero con algunos cambios de estructura argumental: la Sección 1 cambia por la División, Paris cambia por algún lugar en los Estados Unidos, Michael cambia por Shane West que no lo conoce ni la madre. Aparentemente, la nueva serie pretende ser un spin off de la anterior, aunque con los mismos personajes viviendo en una realidad distinta. Una cosa de locos que habrá que ver. Pero promete escenas de acción violenta, misterio y (espero) un poco tensión sexual, aquel ingrediente fundamental que hizo de la primera tira una de sus virtudes fundamentales.

Pronto (no sé bien cuándo) por Warner (canal 39 del cable en versión no digital).

10 de julio de 2010

Lo que el Mundial nos dejó

Bueno, el Mundial ya casi termina. A lo largo de un mes, lo único que se vio en mi casa fue fútbol. Pasa cada cuatro años nomás. El resto poco importa. Quedan solo dos partidos irrisorios, salvo que uno se ponga de algún lado del arco, pero ¿de qué lado ponerse? Da igual. Lentamente, voy buscando otros programas para cargar horas cátedra de tele. Vuelve “Valientes” (no sé por qué), sigue “Malparida”, empieza la nueva temporada de “Lie to me”, y se vienen los Mundiales de hockey y de básquet. Una gillette por favor.

En fin. Lo que la Copa nos dejó (o al menos me dejó a mí):

La NASA se puso a estudiar la Jabulani. Si algún científico de acá cerca hubiera gastado recursos para investigar la trayectoria de una pelota, se le cagan de risa.

Algunos medios dejaron trascender que Wilfrido Vargas demandaría a Shakira por plagiar el estribillo de la canción "El negro no puede", pero alguien fue y le preguntó a Wilfrido Vargas y él dijo que nada que ver.

El Pulpo Paul y Mick Jagger tuvieron más pantalla que Ricardo Fort.

Mi amigo Lucas se obsesionó con las vuvuzelas, investigó en el tema y tiró data científica: “¿Sabían que están “afinadas” en Mi menor?”, dijo. Y agregó: “Parece que tienen su tono fundamental en 233 Hz. Si la TV tiene ecualizador, se puede eliminar bajando el canal de los 300 Hz. Otra es conectar la TV a la PC y ecualizarlo de allí. O comprar el “filtro anti-vuvuzelas” en www.antivuvuzelafilter.com. Sale €2,95)”, explicó. Yo no lo compré. Me terminé acostumbrando.

Pasman la tuvo adentro varias semanas.

Carles Puyol es igual a mi amigo “El Banana”.

Romina Gaetani y Gonzalo Heredia fueron a Sudáfrica, invitados por Quilmes, para ver Argentina-México en octavos de final. Qué suerte tienen algunos.

El próximo Mundial seguro lo gana Brasil, pero al menos queda más cerca.

Antes del último partido, Maradona clavó un “No se coman el chamuyo del 4-1 de Alemania a Inglaterra”. TVR, que se ufana de grabarlo todo, no lo pasó. Mmmmmmmmm. Aguante la línea editorial extrema que tienen todos los programas locales.

Los alemanes nos tienen de hijos.

Dios no siempre puede con todo: “El de abajo también juega”, indicó.

18 de junio de 2010

Ya vengo, voy al ñoba

Cuando terminó Lost, los foros de la web ardieron con distintos reclamos de espectadores fanáticos que no encontraron respuestas a muchas preguntas que habían sido planteadas en el argumento. Que por qué pasó esto, que por qué no pasó aquello, etc. Una de las críticas que más me llamó la atención y, hasta me causó gracia, fue la de una chica que preguntaba por qué los “Losties” nunca iban al baño.

Recordemos que los pibes estaban en una isla cuasi desierta, lucían de terror, siempre estaban chivados, con barbas crecidas, pelos sucios, usando la misma ropa todos los días, como para que encima hicieran una toma en la que Jack pidiera permiso para ir al “baño” con una hoja de palmera en la mano. Y ahí es donde creo que se abre un tema que no escapa al cine y a la TV y que es lo escatológico. Pero, ¿hasta dónde se puede llegar con la exposición de los desechos humanos? En el ejemplo de Lost creo que nada hubiera agregado al libreto.

Sin embargo, ha habido muchos otros directores y actores, que han hecho de lo escatológico una política y no temieron mostrar escenas en la que los protagonistas evacuaran de manera natural sus necesidades o utilizaran el espacio para otras actividades. Recuerdo algunas, como esa de Trainspotting en la que Ewan McGregor se mete adentro de un inodoro inmundo; varias de Almodóvar que muestran a las chicas haciendo pis con la puerta abierta; y el toilette unisex de Ally McBeal en donde tenían lugar los diálogos más bizarros, siempre con el ruido de la cadena de fondo.

Pero una de las mejores tiene lugar en la película “Mi novia Polly”: a Ben Stiller le agarra una flor de cagadera en el baño de Jennifer Aniston para descubrir luego que no hay papel higiénico. Más de uno frunció la nariz con esta escena, pero no deja de ser graciosa.





Si te acordás de alguna otra, avisame.

Ojo por ojo, todos ciegos

Cuando ocurre un crimen en cualquier ciudad, los noticieros muchas veces consiguen entrevistar en el lugar a algún familiar de la víctima. Siempre me pregunto dos cosas: cómo hace (por ejemplo) el padre de un chico asesinado para hablar con un periodista en ese momento de mierda, y cómo le da la cara al periodista para ir a preguntarle. Y llego a una conclusión: no siempre los argumentos que vengan de una persona que acaba de pasar por algo parecido serán “civilizados” y eso se justifica por el dolor que está atravesando. Pero nunca entiendo por qué los medios eligen mostrar los testimonios de los que sufren y sabemos que no van a racionalizar los hechos. Ello, sumado a una justicia que nunca es perfecta, no es raro que genere expresiones a favor del “ojo por ojo”, la “justicia por mano propia”, deseos de venganza y pena de muerte, y otras atrocidades que como civilización deberíamos haber superado.

Una película que trata sobre el tema es “Sentencia de muerte”. Kevin Bacon es un ciudadano común y corriente que trabaja, paga sus impuestos y ama a su familia. Hasta que un pandillero mata a su hijo y el sistema no responde como a él le hubiera parecido correcto. Entonces el tipo decide equilibrar la balanza y comienza una guerra que no hace más que probar lo que a Batman le costó un huevo interiorizar: la justicia es mucho más que solo la venganza.

La pasan el sábado 26 de junio, a las 00:30 hs, por I-SAT.

De guerra somos

La Guerra de Irak ha sido y sigue siendo una vergüenza. Sin embargo, a la hora de plasmarla en el celuloide, numerosos directores norteamericanos han logrado crear visiones bastantes críticas sobre la participación de los Estados Unidos en el conflicto. Siempre desde una mirada particular y haciendo hincapié en las consecuencias que la beligerancia tiene sobre sus héroes locales: los veteranos de guerra, que en muchos casos, son pibes que no superan los 30 años, sufren secuelas psicológicas importantes cuando vuelven y han sido acusados de hacer atrocidades en territorio enemigo. Lejos quedó Rambo y sus incursiones a la selva para salvar al mundo. Ahora, se ve que los marines no son perfectos.

Una película muy buena, que están pasando por I-SAT, y que trata sobre el tema es “En el valle de Elah” dirigida por Paul Haggis. Allí, Tommy Lee Jones investiga la desaparición de su hijo, que tras volver de combatir en Irak, se esfuma de su base militar luego de una noche de joda con los amigotes. A nadie parece importarle un pito lo que le haya pasado al chico, salvo a una detective, interpretada por Charlize Theron, quien comienza a indagar en el tema. Y lo que hay para encontrar no es muy grato, por cierto.

Impecable interpretación de Tommy Lee Jones, un padre que se carga al hombro las consecuencias de la deshumanización que la guerra provoca en los hombres, sobre todo cuando esos hombres son los que uno cría. Por este papel, fue nominado al Oscar en 2008, pero perdió ante el gran Daniel Day-Lewis. Hubiera sido correcto dárselo a los dos.

Agendala para el próximo domingo 27 de junio, a las 22 hs por I-SAT.

14 de junio de 2010

Durísima

Hay diferentes clases de violencia en el cine. Está aquella tipo "Rambo" a la que ya todos estamos acostumbrados: muchos tiros, sangre y muertos por doquier. Pero también está esa otra que produce escozor y repulsión, que se siente en las entrañas y que te hace sacar la vista o taparte los ojos con la mano. ¿Cuál es la diferencia entre ambas? Lo desconozco. Capaz radique en la veracidad de los hechos mostrados, en la interpretación de los protagonistas o en la identificación que nosotros mismos hacemos con lo que vemos.

La película “El Laberinto del fauno”, que yo fui a ver al cine y casi salgo corriendo, es del segundo tipo. Nominada al Oscar como mejor película extranjera en 2007, yo me comí que se trataba de una historia de fantasía como “Laberinto” o “El señor de los anillos”. Pero no. Aunque la fantasía es el esqueleto que le da forma al relato, la violencia obscena que caracterizó a la dictadura franquista (y a tantas otras) es uno de los ingredientes esenciales de este filme. Y es intolerable. En especial por la interpretación de Sergi López, un militar sádico que no tiene nada que envidiarle a algunos ejemplos autóctonos salidos de la década del 70.

Dirigida por Guillermo del Toro, no se la recomiendo a personas impresionables. La pasan por TNT el próximo miércoles 30 de junio, a las 00:20 hs.

Cara-Duras

Yo conocí una vez a unos gemelos que se cambiaban las novias. Se levantaban a las minas, salían un par de veces y después se las pasaban entre ellos. Unos vivos bárbaros. Ahora, si te ponés a pensar, a quién no le gustaría hacerse pasar por otro alguna vez. Por ejemplo, ser Angelina Jolie durante un fin de semana. O algo por el estilo. Bueno, siguiendo esa línea y muchos años antes de que el transplante de rostro fuera posible, John Woo dirigió “Contracara” (Face-off), una película de acción protagonizada por dos grandes: Nicolas Cage y John Travolta.

Travolta es el policía bueno y Cage es el asesino malo. Cage mata al hijo de Travolta y Travolta se pasa no sé cuántos años buscándolo hasta que lo encuentra y en medio de escenas de acción super exageradas como le gusta hacer a John Woo, Cage es capturado, pero queda herido y en estado de coma. Entonces, para poder averiguar un dato importante que solo Cage conoce, Travolta se somete a un cambio de rostro y se pone la cara de Cage. Jajajaja. Jajajajaja.

Dios mío. Lo escribo y me cago de risa sola.

A ver. Travolta es grandote, por no decir medio gordo, tiene el pelo más largo y ni siquiera mide lo mismo que Cage. Pero queda igualito. Mientras tanto, Cage sale del coma ahí nomás y, al ver lo que ha hecho la policía, se hace poner la cara de Travolta. Y de repente baja como 10 kilos, aumenta 8 centímetros, le crece el cabello en segundos y queda igualito. Una boludez…

Dirigida a un público masculino, este bodrio tiene todo lo que le gusta a los chicos: explosiones, persecuciones en avión, lancha, auto, etc., trompadas, y un par de minas buenas.

La pasan por Cinemax el próximo sábado 19 a las 17:45.

7 de junio de 2010

Serás lo que debas ser

Mis primeras incursiones periodísticas fueron de pequeña. Participaba del suplemento “Cecilio, el gorrión biónico” que publicaba La Voz del Interior los fines de semana. Fue la primera que vez que mi nombre salió publicado en un diario junto a los chistes que mandaba con dibujito incluido. No sé si ahí quedó sellado mi destino, pero capaz marcó tendencia. En el medio quise ser astrónoma, bailarina clásica, jugadora de tenis y otras profesiones que no prosperaron. Ya de grande me quedé con este oficio, el de redactar, que forma parte del trabajo periodístico, pero que no lo define en su totalidad. Porque se trata de una actividad múltiple y que está en pleno proceso de transformación. No sé hacia donde vamos, adónde llegaremos, si habrá papel o no habrá papel en el futuro, si cualquiera podrá laburar de esto, en fin. Lo que sí sé, es que en el cine ha habido periodistas para tirar para arriba. Vamos con algunos.

La última película que vi y que trata sobre el tema es “State of play” (Los secretos del poder), de Kevin Macdonald. Allí, un Russell Crowe gordo y peludo, encarna a Cal McAffrey, uno de esos reporteros-a-la-vieja-usanza que todavía andan por la calle con anotador en el bolsillo. Aprendiz a cuesta, el tipo comienza a investigar un supuesto accidente que involucra a su amigo congresista Ben Affleck y se ve envuelto en una trama de homicidios y cierres de ediciones que lo único que hacen es aumentarle el stress. La pregunta del millón: ¿Hasta dónde estará dispuesto Crowe a llegar para contar la historia? Y la respuesta que pocos logran responder con la mano en el corazón: Hasta el final.

Otra oldie que tiene como protagonista a una mujer y que vale la pena es Veronica Guerin, interpretada por Cate Blanchett y dirigida por Joel Schumacher. Se la recomendé a mi amigo y colega Lucas una vez, pero me dijo que no le gustaban las películas con nombre propio en el título. Allá él. El filme está basado en la historia real de la periodista irlandesa que fue asesinada por sicarios en 1996 luego de investigar el tráfico de drogas en su país. La mina fue amenazada varias veces y hasta llegaron literalmente a cagarla a trompadas para que no publicara historias. Pero no se detuvo. Y vamos de nuevo con la pregunta del millón: ¿Hasta dónde estuvo dispuesta Guerin a llegar para contar la historia? Y la respuesta que pocos logran responder con la mano en el corazón: Hasta el final.

Muchas otras me quedan en el tintero como “Todos los hombres del presidente”, un clásico de utopía profesional para gente del rubro; “La vida de David Gale” donde Kate Winslet muestra lo que es defender las fuentes de información; “El Diablo viste a la moda”, que ejemplifica lo que es empezar de cero y tener una jefa sanguinaria; y “Closer” en donde Jude Law trabaja editando los avisos fúnebres del diario local, lo que él define como la “Siberia del periodismo”. Hay varias más, pero se me acaba el espacio.

Les dedico esta reseña a todos mis amigos y colegas que abrazan la profesión, aunque a veces no nos demuestre un pito de cariño. Y para terminar, les dejo una frase de Otto Von Bismarck que siempre da vueltas por mi cabeza: “El periodista es un hombre que se ha equivocado de carrera”. ¿Habrá tenido razón?

4 de junio de 2010

Una joyita

Ya había confesado anteriormente que tengo sentimientos encontrados hacia Leo DiCaprio. No me lo banco en películas como “Titanic” o “La Playa”, pero el tipo me ha sabido conquistar en otras como “Los Infiltrados” o “Revolutionary Road”. Bueno, para bien, ya estrenaron en Warner Channel la película “Diamante de sangre” (Blood Diamond).

Es sabido que el rubio actor de 35 años -devenido gurú ambiental hollywoodense- ha invertido tiempo, dinero y capacidad en promover acciones contra el cambio climático y fue visto acompañando al premio Nobel de la Paz, Al Gore, durante la promoción del video documental “Una verdad Incómoda”. En otra de sus incursiones de carácter “comprometido”, DiCaprio integró el proyecto de Diamante de sangre, que muestra la guerra civil en Sierra Leona, sostenida por la búsqueda del control de la explotación de piedras preciosas, que con el consentimiento de grandes empresarios del rubro son traficadas a mercados europeos y norteamericanos, donde luego se venden a precios siderales.

Este filme es quizás un ejemplo menos logrado de lo que fue también “El jardinero fiel” (The Constant Gardener), dirigido por el genial brasilero Fernando Meirelles y reconocido con un premio Oscar y un Globo de Oro, que exponía el gran negocio que algunas compañías farmacéuticas hacían con la enfermedad en África.

En ambos casos, películas de este tipo reflejan una tendencia que va ganando espacio en Europa y Estados Unidos: la concientización sobre los problemas del Tercer Mundo vista a través de la cámara de cine. Estos temas “sociales”, que usualmente le son a Hollywood infinitamente lejanos, se espera puedan conmover a un público pochoclero en problemáticas sobre las que muchas veces tienen poco conocimiento.

En Diamante de Sangre, la intención podría resumirse en provocar la toma de conciencia de un desorientado novio norteamericano para que pida un comprobante de origen antes de comprar el anillo de diamantes para su prometida. O a los raperos, o a Maradona. No vaya a ser cosa que hayan derramado sangre en un país distante para conseguir la piedrita, y de allí el nombre que le da título al filme en cuestión.

Buena película, buen protagónico, buenos acompañamientos de Djimon Hounsou y Jennifer Connelly. Lo único que me hace ruido es que DiCaprio parece de 20, tiene 35 y hace de tipo de 40. Dirigida por Edward Zwick (Leyendas de Pasión/El último samurai), la pasan mañana a la medianoche por Warner.

Delicity

Antes de cotizar en el mercado internacional con Lost, J.J. Abrams había producido una serie para adolescentes crecidos que se llamó Felicity. Si tuviste cable hacia finales de los 90, la debés recordar. Una chica, Felicity, termina el secundario y en un ataque de rebeldía-juvenil-causada-por-un-enamoramiento, se muda a Nueva York para asistir a la Universidad, persiguiendo a un bombón que se llamaba Ben, protagonizado por Scott Speedman, ese chico con los mejores ojos del mundo.

Una vez en la Gran Manzana, la mina va a conocer al otro tipo importante de su vida, Noel (Scott Foley), quien viene a completar el triángulo amoroso, ese que nunca vimos en la televisión, con la particularidad de que acá Felicity no está exenta de sufrir situaciones patéticas y humillantes en su paso hacia la adultez.

La serie tuvo cuatro temporadas, en las que Felicity descubrió cómo duele crecer, fue casi linchada por la cadena por cortarse el pelo, tuvo la oportunidad de levantarse a los dos Scott y hasta viajar en el tiempo como Marty McFly. Pero si se quiere, el show no fue tan dramático como Party of Five ni tan promiscuo como Beverly Hills 90210, y además dejó como legado el relato en off, muy utilizado hoy en otros novelones como Grey’s Anatomy y Desperate Housewives.

De vez en cuando la agarro. La pasan de lunes a viernes a las 18 horas, por Sony. Está buena para ver a los dos Scott y para recordar cómo era ser joven, impulsiva, universitaria y valiente.

1 de junio de 2010

Si te 'habrías' quedado

No. No es un error de tipeo. La frase la escuché, así como está escrita, en la novela “Malparida”. Se lo dice una de las amigas de Juanita Viale a Gonzalito Heredia. “Si te habrías quedado, ella no se qué, bla bla bla”. No pude seguir escuchando. El error retumbaba en mis oídos apagando cualquier sonido extra.

No es raro. En la televisión ya nos acostumbramos a escuchar barbaridades, como por ejemplo: “¿Qué estás haciendo? / Nada”. La “Nada” se ha convertido en una muletilla oral que explica múltiples actividades y dinamismos como caminar, pasear, vivir, actuar, hacer cosas. A vos, como interlocutor, te queda la tarea de adivinar a cuál “Nada” se refiere el hablante.

Ahora, nadie pide que en la era de los mensajes de texto, una persona se explaye con frases desorbitantes llenas de filosofía, pero tampoco que sigan matando al idioma con esa impunidad. Escuchame, tampoco tenés que leer a Sócrates como hiciera en su momento Carlos I, para escribir o interpretar los guiones de una novela. Y si no tenés ganas de repasar las tablas, la música popular te enseña. Hay una canción que sonó hasta el hartazgo en las radios: “Si no te hubieras ido, sería tan feliz”. ¿Te acordás? La cantaban Marco Antonio Solís y Maná. Al menos que te entre por repetición...

Estamos hablando de tiempos verbales básicos que le dan sentido a una frase. De lo contrario, empecemos a usar las conjugaciones que se nos canten para cualquier cosa: Yo no sabo las palabras. Yo pusí el verbo que quería. Si habría tenido suerte, me compraré un auto nuevo.

¡Dejando de joderme!

Idioma QEPD.

31 de mayo de 2010

Cindy y Mizio

Siempre hay un principio para todo. De lo contrario pregúntenle a un psicoanalista freudiano. Analizando tu vida hacia atrás vas a encontrar el momento preciso en que te jodieron la cabeza. Ese claro instante que te hizo como sos ahora. El otro día lo descubrí. Fue con la película “Cindy” en los años 80. Una miniserie italiana que estrenaron por televisión y que definió los rasgos peculiares que hacen a mi personalidad presente. Me la recomendó una amiga del barrio. “Tenés que verla”, me dijo, “es como Cenicienta, pero moderna”. Y allá fui, a reafirmar, con la fuerza que emana la pantalla chica, lo que hasta el momento era solo un sueño latente salido de un cuento de hadas: el príncipe azul sí existe. Y se llamaba Mizio. Un argelino de ojos azules que hablaba en italiano.

Cindy era efectivamente una versión remozada de Cenicienta: una chica norteamericana viaja a Italia con su madrastra y sus dos hermanastras, y en el viaje conoce a Mizio, un mochilero-rebelde-músico, que tras su fachada de revolucionario-pop en realidad tenía un título nobiliario, aunque a él no le importaba un pito ser de la realeza. Y entre idas y vueltas, hada madrina-bruja incluida, ambos se enamoran, y Mizio le compone una canción a Cindy, que se llamaba “Stay” (Quédate).

Mi vieja, en una acción sin precedentes y después de que le moliéramos la cabeza, consiguió el cassette con la banda sonora de esa película y lo compró. Ese tema, junto a “Take my breath away” de Top Gun, enmarcó todas las “Americanas” que hicimos por entonces y daba inicio a los lentos, que bailábamos con los brazos estirados y mirando para el costado. Mierda. Yo tenía solamente 11 años.

Mi hermana sigue tratando, a esta altura, de explicarme que en realidad Cindy era una película y que lo que pasa en las películas no pasa en la vida real. Pero se atragantó un poco cuando (gracias a la tecnología actual) recuperé el video de esa canción. Si lo reconocés, es porque tenés más o menos mi edad, y si te emocionás, es porque sos de las mías. Si lo reconocés y te emocionás, te lo dedico.


29 de mayo de 2010

Juanita la pasa bomba

Hace años, una amiga de una amiga de una amiga, aceptó salir en una cita a ciegas. Cuando el hombre en cuestión tocó a su puerta, la mujer descubrió horrorizada que el tipo era su ginecólogo. Muy sinceramente, y a pesar de los argumentos profesionales del médico, la mina declinó la invitación. Y sí. Si te ponés a ver, no había forma de sentarse a tomar algo y hablar trivialidades con un flaco que ya conocía hasta la forma en que depilabas el cavado.

De esto me acordé cuando veía las escenas sexuales de “Malparida”, que últimamente vienen super hot. Si te la perdiste, te actualizo: Juanita Viale se tira a todo muñeco que le ponen por delante. Bien por ella. Ahora yo me pregunto: ¿Qué les pasa a los actores a la hora de tener que realizar estas tramas? Los tipos siempre te contestan boludeces como: “Las escenas son ‘re cuidadas’”, o “es super técnico y mecánico”. O sea, se hacen los ginecólogos. Dejate de joder. No les creo nada. Por algo Angelina Jolie dijo que se enamoraba de todos sus compañeros de trabajo. Escuchame. Estás en pelotas, carne con carne, a puro beso, ¿y no sentís ni un hormigueo?

Es al pedo, yo me equivoqué de carrera. De esto yo ya me había dado cuenta hace rato, pero si me diera el cuero me haría actriz. A ver. Juanita Viale no puede decir ni dos líneas creíbles, y le toca besar a Gonzalo Heredia y echarse un polvo con Luciano Castro (lo estrenan el lunes, no te preocupes). Sí, también tuvo que hacer un sacrificio y acostarse con Raúl Taibo. No todas son flores. Pero encima está casada con Gonzalo Valenzuela... Es oficial: la odio.

En fin, cambiando de tema, hoy falleció Gary Coleman. ¿Cuál? preguntó mi vieja. El que hizo “Blanco y Negro”. ¿Cuál? El petisito que hacía de Arnold. ¿Cuál? El que decía: “De qué estás hablando Willis”. Ah!!! Dijo mi vieja haciéndose la que sabía. Me acabo de dar cuenta que la mujer jamás se enteró de qué veían sus hijos en televisión. Y pensándolo bien “Blanco y Negro” no era un título muy políticamente correcto que digamos. Hoy tendría que ser algo como “Blanco y Afro-americano”. Igual, creo que es una de las pocas series viejas que no volvería a ver jamás. Era más deprimente que un tema de "The Cure".

En fin. Qué en paz descances Arnold. Qué lástima que no tuviste la oportunidad de trabajar para Suar. La hubieras pasado bomba.

26 de mayo de 2010

Die together

ADVERTENCIA: SI NO VISTE EL FINAL DE LOST NO SIGAS LEYENDO. (VA LO MISMO PARA LOS QUE NO VIERON LOST NUNCA)

Cuando estudiamos Producción Audiovisual en la Facultad, el profe nos enseñó que la mejor manera de situar al espectador en el escenario en el que transcurría la acción era con un plano general. Los creadores de LOST rompieron esa regla desde el primer capítulo, abriendo la serie con el primerísimo primer plano de un ojo: El ojo de Jack. Desde ese momento yo quedé prendida con uno de los mejores programas que ha habido en la televisión desde que tengo memoria.

Terminó dejando misterios sin resolver y seguramente actores, productores, escritores y directores se esconderán durante un tiempo para no tener que responder a las críticas de los fanáticos hardcore que llegaron al final esperando respuesta a un montón de preguntas que no van a ser contestadas jamás. Los foros de discusión arden con interpelaciones puntillosas como por ejemplo, ¿quién arrojaba las cajas de alimentos desde el aire? O ¿por qué Jacob pudo salir de la isla cuando teóricamente no se podía? Nunca se supo ni se sabrá. Al igual que otro montón de detalles, que honestamente ya ni me acuerdo, ni tampoco hacen a la trama global.

Creo que lo que la serie dejó en claro es que lo único seguro es la muerte, -no le tembló el pulso para matar a la mayoría de los protagonistas-, y se animó a incorporar (además de filosofía, física, metafísica, antropología) la mística religiosa, que analizada desde nuestra mirada occidental admite la existencia de un “purgatorio”, esa vida pos-explosión de “El Cisne”, en donde todos tienen sus segundas oportunidades y su chance de redimirse. No había otra posibilidad de final feliz, salvo en ese mundo paralelo. En el fondo, todos lo sabíamos.

De todas maneras, ver ese ojo de Jack cerrándose en el mismo lugar donde se había abierto por primera vez, es uno de los momentos más tristes de la tele que yo recuerde. Lo admito, lloré como una magdalena. Y todavía estoy angustiada. Se terminó. Y fue brillante.

En fin, el análisis racional vendrá con el tiempo. Ahora queda ese sabor agridulce de saber que ya no habrá más LOST, y el melancólico consuelo de tener los DVDs y poder verla innumerable cantidad de veces sin cortes comerciales, sin la publicidad “Zen” de tarjeta Galicia, y sin la publicidad “Amore” de tarjeta Santander Río.

Si fuiste fanático como yo, entenderás lo que te digo. De lo contrario, ni te molestes en opinar. Los antagonistas hostiles que hablan al pedo me revientan. De onda.

20 de mayo de 2010

Feliz cumple (para mí)

Gente, gente. Hoy es mi cumple. Hay dos momentos de introspección en la vida anual de mi persona: el día del onomástico y el día que termina el año. Así que hoy me toca.

Hace 34 años un médico me sacaba a la fuerza de la panza de mi vieja, enroscada en el cordón umbilical. Yo, que siempre he sido una pesimista de mierda, muchas veces pienso que capaz no debería haber nacido. Otros, que siempre miran el vaso medio lleno consideran que es al revés: después de salvarme tan chiquita, todo lo que vino luego fue gratis. En fin, cuestión de perspectivas. Acá estamos, después de todo.

El año pasado, en medio de una situación difícil, empecé este blog, que nunca tuvo objetivos definidos, ni un lector modelo, ni un plan a largo plazo. Quizás era una forma más de comunicación en un mundo que se vuelve cada vez más desapegado. Nunca pensé que alguien fuera a leerlo. Pero muchos se prendieron y he recibido mensajes que personas muy disímiles entre sí, que me dicen que se cagan de risa. Y me alegra pensar que el cinismo que muchas veces me agobia, de vez en cuando sirva para arrancar una carcajada por algún lado.

Hoy más que nunca, les agradezco a todos los que pasan por acá siempre, de vez en cuando, a veces, etc. En total han sido más de 2 mil usuarios, generando cerca de 20 mil visitas al sitio en casi un año. Muchos han caído por casualidad, pero muchos otros se quedan un rato a leer.

Gracias, totales.

Y ahora, nobleza obliga, unos cuantos deseos que pido en mi día:
  • Que aparezca Luis Miguel.
  • Que desaparezca Tinelli.
  • Que Juanita Viale se dedique a modelar.
  • Que Cerati no la pase tan mal.
  • Que la corten con el Bicentenario.
  • Que ganemos el Mundial.
  • Que todos nos podamos casar con quien queramos.
  • Que LOST no me decepcione.
  • Y que Jude Law me tire la chequera.
¡Feliz cumple para mí! Besos para todos.

14 de mayo de 2010

De fútbol somos

Las pasiones son difíciles de explicar. El otro día tuve el placer de conocer a un norteamericano, al cuál me tocó llevar a pasear por la noche cordobesa. Mientras tomábamos unos tragos (él incidentalmente pidió un Cuba Libre y comentó al paso con una mueca que el nombre de la bebida no hacía honor a la verdad), yo intentaba explicarle qué significaba el Mundial de Fútbol para nosotros. Primero traté de instruirlo sobre quién era Maradona. Zach, así se llamaba el extranjero, me miró con cara de perplejidad y dijo “gol con la mano”. Yo sonreí, pero me dio vergüencita.

A continuación le conté que el mundo literalmente se paraba cuando Argentina jugaba un partido y él puso cara de asombro. No me creyó. Está bien que la fluencia de mi inglés ha decrecido con los años, pero creo que el tipo no logró comprender un pito la totalidad del fenómeno. Lo miré con frustración y cambiamos de tema. Recién ahí comprendí que el hombre debería vivirlo para poder entenderlo. O ser argentino para poder sentirlo.

Hoy, mientras tanto, llenamos parte del álbum de figuritas del Mundial con mi sobrino. El tiene 3 años y medio y tampoco entiende quiénes son esos pibes ni qué hacen. Me acordé de Zach. Pero me di cuenta que, a diferencia del yanqui, este niño crecerá para sentir lo mismo que sus tíos, viejos de 30, todos fanáticos, que todavía guardan en casa, bajo llave, el álbum completo de Italia 90. Ese que injustamente no tiene la cara de Toto Schillaci, porque nadie pensaba que ese tano petiso iba a ser el máximo goleador del campeonato.

Así somos”, me dije, y acudí al llamado de mi hermano que, en una tarea sin precedentes y como previa de lo que se viene, se puso a buscar las mejores publicidades de la época. Esas que te dejan nudo en la garganta.

Les regalo algunas.




















8 de mayo de 2010

Minas en bikini


Hace años, la revista Gente o la Caras (no me acuerdo bien cuál), sacó en la tapa a la modelo Jimena Cyrulnik en bikini, sonrisa de oreja a oreja, culo apuntando al norte, pose de gato salvaje y un título super revelador que decía: “Soy anoréxica”. No creo que haga falta tener un master en semiótica de la Universidad de Tartu para sacar un par de conclusiones horrorosas sobre el mensaje que esa foto y ese encabezado dejaban picando a las adolescentes.

Desde principios de los 90, ya nos vienen “educando” acerca de cómo debe ser el cuerpo perfecto al que toda mina que se precie tiene que aspirar. Casualmente, yo tenía un par de amigas anoréxicas, pero que no se veían ni a palos como Jimenita. Estaban hechas bosta, eran piel y huesos, tenían ojeras y no sonreían en la puta vida. Es más, lloraban todo el tiempo porque un lompa talle 10 no les entraba. Por suerte, muchas crecieron para darse cuenta que ser mujer era mucho más que hacer dieta y apuntar el orto en una dirección.

Sin embargo, no soy tan pelotuda como para ignorar que a la mayoría de los hombres esa foto de Jimenita debe haberles encantado. Aunque después terminen enamorados/juntados/casados con una mina talle 40, que en invierno no se depila nunca y se levanta todas las mañanas como recién vuelta de zona de guerra.

Para todos ellos, que saben apreciar a la mujer irreal, con curvas perfectas, cabello perfecto, cara perfecta y todo perfecto, el canal TNT les tiene preparada la versión 2010 de Sport Illustrated Swimsuits, que paradójicamente, es un programa orientado a un público masculino, que promociona trajes de baño para un público femenino. Incongruencias comerciales si las hay. Pero ya sabemos, no todo en la vida tiene sentido.

Para ustedes chicos, mujeres en bikini, sin mucho diálogo, este domingo 9 de mayo a las 16 hs. Repite el sábado 15 de mayo a las 18:40 hs. Por TNT. Aprovechen, antes de que empiece el Mundial.

7 de mayo de 2010

Carne Moli-da

Cuando yo estaba en el 6to. grado del primario, un compañero nuevo ingresó al curso. Dios me perdone, pero no me puedo acordar de su nombre. Lo que sí recuerdo era el apodo que le pusieron mis compañeros: “Chichón del suelo”. Chichón era petiso, cabezón, no tenía muchas luces académicas y era diferente. Cuando uno crece aprende que en realidad, todos somos diferentes, y que esa es la gracia. Pero cuando estabas en la escuela siempre era mejor ser lo más parecido al resto. Ni muy alto, ni muy gordo, ni con anteojos, ni con rulos voluminosos, ni con aparatos fijos. Y yo tenía aparatos fijos. Así que formaba parte de los "distintos", aquellos que éramos objeto del chiste fácil.

Por eso, cuando “Chichón” llegó, sentí una automática empatía hacía él, porque hay que decirlo, se convirtió en el objetivo número uno de las burlas escolares. Pero un día “Chichón” se río de mí y, en un repentino ataque de infamia y traición, lo empujé, desparramándolo entre los bancos del curso. Todos alrededor festejaron y se rieron. Esa imagen me persigue desde que soy niña, porque, a pesar de la afrenta, jamás me había sentido tan avergonzada de aprovecharme de una persona en inferiores condiciones.

El mismo sentimiento, o algo parecido, me atacó cuando vi a Fabio “la Mole” Moli en el programa de Tinelli el otro día. No es la primera vez que la “Mole” se exhibe desfachatadamente en un canal de televisión. Ya lo hacía en las mañanas del 12 para leer incorrectamente los títulos de las revistas, rodeado de personas que lo exponían a una situación aberrante, se reían de ello y después se rasgaban las vestiduras porque nuestros chicos no alcanzaban la cantidad mínima de días de clases en el año. Como si la falta de acceso a la educación que castiga a varios sectores de nuestra población fuera algo gracioso.

Ahora la “Mole” baila por un sueño y se somete ante la carcajada fácil de los televidentes, que siempre encuentran en el lenguaje cordobés de pueblo, ese que habla la “Mole”, un sinónimo de chiste. Y no importa cuan superado pueda estar el boxeador, o cuantos huevos pueda chuparle que se rían de él, o cuanta guita le paguen para que se pare ahí a charlar con Ricardo Fort; la “Mole” termina siendo como “Chichón”, y Tinelli y su auditorio, como mis compañeros de 6to. grado: gente que se caga de risa de la gente, como si fueran pendejos del primario.

Y uno, por ósmosis, cómplice de la perversión.

3 de mayo de 2010

Volveré y seré 30 puntos de rating

Llegó, por fin, el día más esperado del año, por otras personas que no son yo. Vuelve Flequillo. No, no es Schiaretti. Es Marcelo Tinelli, que en estos últimos meses parece que se corta el pelo con el mismo coiffeur que nuestro gobernador. O yo estaré más enferma de lo que pensaba, no lo sé.

En definitiva, esta noche terminan las vacaciones de todos los otros canales de aire y cable que viven desde hace tiempo con las sobras que deja el Mega-Conductor-Televisivo. Y sí, Tinelli es definitivamente un empresario con todas las letras. El tipo le da laburo a miles de personas. No solo a los ladri que trabajan con él, sino también a los que hablan de él, a los que se ríen de él, y a los boludos que escribimos sobre él, ya bien sea para alabarlo o criticarlo.

Como será el efecto que tiene, que yo hace más de ocho años que no lo veo (no me voy a hacer la cheta diciendo que nunca lo vi), pero de alguna forma ese programa encuentra la manera de meterse en tu retina. Está en todos lados y en todos los horarios: en la tele, en el diario, en la radio, en la calle, en la gente. Te levantas a la mañana, te ponés los walkman (digo el Ipod), te subís al bondi, llegás al laburo y alguien viene y te cuenta que Fulanita bailó divino, Menganito se puteó con Menganita, Ricardo Fort se hizo otro tatuaje, y etc. etc. etc. No quiero llegar al extremo del retraimiento, pero el Unabomber capaz tenía algo de razón. Yo, mientras tanto, voy preparando la navaja para cortarme las venas.

Y esto no es nada. Esta semana también vuelven Mirtha y Susana. Como si el invierno ya no fuera largo, tedioso y oscuro. Dejate de joder…

PD. No vi anoche los Martín Fierro porque ni me enteré que los estaban pasando, pero llegó a mis oídos que “Valientes” ganó varios premios. Dejate de joder…

PD2. Che, la nota de abajo tuvo casi 100 visitas entre ayer y hoy. Es al pedo, voy a hablar de sexo más seguido. Dejate de joder…

2 de mayo de 2010

Para cachondos

Yo tengo tele en mi habitación. Como decía Joey de "Friends", la tele es el lugar hacia donde apuntan todos los muebles. En mi caso, la cama fue acomodada de manera correcta para que quedara justo al frente de la caja boba, creando una simbiosis perfecta de placeres: imagen y sueño. En fin. Hace un tiempo me ocurrió algo muy gracioso. Estaba acostada viendo por The Film Zone una película que ya ni me acuerdo como se llamaba, y me quedé dormida con el aparato prendido. Al rato, habrán sido como las 2 de la mañana, me despiertan unos sonidos profusos y candentes. Cuando logro reaccionar, resulta que mi película había terminado dando paso a otra de contenidos triple X, en la cual una pareja se estaba echando un espectacular polvo y profiriendo gemidos varios en inglés, que estaban subtitulados, pero que no agregaban nada al argumento.

Ahí fue cuando descubrí (escandalizada obviamente) que The Film Zone tenía reservado un horario para los cachondos/as a los que no les daba el cuero o la cara para alquilar una porno en el video del barrio. Igual, era muy tarde para mí, así que decidí apagar y seguir durmiendo. Tiempo después, los pacatos del canal cambiaron la programación y eliminaron las Triple X de esa señal.

Pero a no desesperar. Ayer descubrí, desvelada y haciendo zapping muy tarde, que los "osados" de MGM también tienen reservado todos los fines de semana unas horitas de puro sexo gratis. Son películas con argumentos más bien conocidos: la dueña de casa se coge al jardinero, el empresario a la secretaria, el fotógrafo a la stripper; sin forplay, sin filo, sin vueltas. El hilo conductor: inexistente. "Vamos al grano", dijo el dermatólogo.

Así que si andas corto de guita, no podés dormir y/o ya estás cansado de buscar pornografía en Internet, agendá MGM para los fines de semana (viernes y sábado), tipo 2 de la mañana.

De nada.

PD. Si van a escribir boludeces en la sección comentarios, ni se molesten.

Eduardito

Eduardito Norton es un tipo del que no se sabe mucho acerca de su vida personal. El flaco, que ya tiene 40 pirulos, apareció de repente en escena en 1996 con un rol secundario en la película “Primal Fear” (uno de los tantos fiascos de Richard Gere) y ahí nomás fue nominado al Oscar. No lo conocía ni su vieja. Obviamente no ganó, pero dos años más tarde volvió a aparecer en la fabulosa “American History X”, ya como personaje principal, y volvió a ser nominado a la estatuilla. Tampoco ganó, pero el flaco ya se había asegurado un lugar entre mis actores preferidos. En esta última película, Eduardito, fanático Nazi vestido solo con unos boxers, se carga a un negro que intentaba chorearle el estereo del auto, rompiéndole literalmente la cabeza contra el cordón de la vereda. Al hombre no se le movió un pelo (aunque esta acotación es al pedo porque estaba rapado), sin embargo, logró recrear una de las escenas más asquerosas que recuerdo haber visto en la historia del cine (aclaro: del cine que veo yo).

Después vinieron “El club de la pelea”, “Frida”, “El Ilusionista”, y otras varias, que nunca lo lucieron tanto como en esas dos primeras, pero el tipo actúa bien y se lo puede ver en varias producciones que están pasando por estos días en el cable.

En especial, esta noches I-SAT estrena “The Painted Veil” (Al otro lado del mundo), en donde Eduardito hace de médico gorreado que se va a combatir el cólera a China. No es “El amor en los tiempos del cólera”, pero pasa, a mí me gustó.

Otra que ya vi dos veces y todavía sigo sin entender es la última Hulk, en donde Eduardito hace de Bruce Wayne, digo Banner, en esta cinta que no sé si es una secuela, una precuela, una estafa, o un delirio de los que hicieron que ese científico pintado de verde que todos recordamos, pasara de ser un tipo de carne y hueso a un monstruo computarizado de cinco metros de altura al que no se le caen los pantalones. Sí sí. El hombre se duplica de tamaño pero conserva los jeans que le quedan como recién comprados. Vamoooosss, yo he engordado un par de kilos y no me podía ni subir el cierre del lompa… Volvé Lou Ferrigno, te perdonamos.

También se puede ver “Dragón Rojo”, la precuela de “El silencio de los inocentes”; “Divinas Tentaciones” una comedia dirigida por él mismo en donde hace de sacerdote; y “La cuenta final”, un interesante pero largo thriller con Robert De Niro y Marlon Brando, en su última aparición cinematográfica.

En fin, a disfrutar a Eduardito en el mes de mayo.

  • “Al otro lado del mundo”, por I.Sat, el domingo 2 de mayo, a las 22:00 hs.
  • “Dragón rojo”, por Universal Channel, el sábado 8 de mayo, a las 22:00 hs.
  • “Divinas tentaciones”, por TNT, el sábado 8 de mayo, a las 2:25 hs.
  • “La cuenta final”, por Cinecanal, el martes 11 de mayo, a las 17:45 hs.
  • “Hulk, el hombre increíble”, por Cinecanal, el miércoles 26 de mayo, a las 22:00 hs.

27 de abril de 2010

Titulares de segunda al voleo

Quedan solo seis capítulos de “Lost”. Sí, leíste bien: seis. Ya termina. Y todavía yo no entiendo un pito.

Se viene la remake de “Brigada A”. Cuando me enteré que Liam Neeson personificará al Coronel Smith se me cayó una lágrima. Todavía no sé si por la emoción o por el espanto.

Bret Michaels sigue hospitalizado. Hoy me acordé cuando los chicos de “Poison” fueron a “Ritmo de la Noche” y después de hacer playback, hicieron cagar todos los instrumentos del canal. Dos palabras para Tinelli: “Unskinny Bop!”. Nunca se supo qué significaba. Capaz era: “Chupame un huevo!”.

Luis Miguel sigue sin aparecer… Lo que sí apareció fue el cadáver de un tal Luis, de apellido Miguel, en la morgue de Los Ángeles, a quien se le ocurrió morirse justo cuando el famoso se ha esfumado.

Whitney Houston dice que reza para que su voz de soprano regrese y pueda volver a cantar Endaaaaaaaiiiiiiaaaaaawillllllllalweissssloooooveeeeiuuuuuuu de un solo saque. Pero parece que Dios está de vacaciones. O capaz buscando también a Luis Miguel.

Aparecieron fotos hot de un supuesto Ricky Martin haciendo una fellatio. Yo me pregunto: ¿A quién le importa? El tipo sigue cantando bien.

Dicen que Tom Cruise es gay. Yo me pregunto: ¿A quién le importa? El tipo sigue sin actuar bien.

Orteguita volvió a chocar el auto. Pónganle un chofer a ese pibe…

Juanita Viale y Gonzalo Heredia sacan chispas en “Malparida”… soy burra, ya me enganché…

Pacino cumplió 70 y tiene una novia argentina de mi edad. Hoy me pregunté a mí misma qué se sentiría besar a un tipo de 70, y se me frunció el labio.

Nico se fue de la tele, o la tele se fue de Nico. El que vuelve es Ricardo Fort como jurado de “Bailando por un Sueño”. No todas son buenas noticias.

Yo no tengo una discográfica, pero si la tuviera, promocionaría ya mismo el temazo que escribió desde la cárcel Mario Vittete Sellanes, el presunto ideólogo del asalto al Banco Río de Acassuso en 2006.

Una confesión al voleo: soy fan de la página de Facebook de Ashton Kutcher, y amo que el chico deje mensajes en español...

La debacle total

Varias historias sobre devastación humana andan dando vueltas por la televisión de cable. Tres de ellas llamaron mi atención, más que nada por las preguntas que te dejan picando: ¿somos muchos ya? ¿La Naturaleza se está cobrando los daños que le hemos hecho? ¿Existe esperanza para la humanidad?

La primera, "Soy leyenda" (I am legend), cuenta una historia parecida a la “Naúfrago” de Tom Hanks, pero en otra isla: Nueva York. El célebre y musculoso Will Smith se queda solo en la ciudad (creo no equivocarme si digo esto) más utilizada para ambientar películas sobre cataclismos, luego de que un virus bastante destructivo matara a la mayoría de los seres vivos y convirtiera al resto en monstruos asesinos que viven en la oscuridad. Buuuuu. Y Will Smith, que justo da la casualidad de que es un científico, anda paseando por un desierto Manhattan buscando una cura, en compañía de su perra, que se llama Sam (porque ponerle Wilson era un poco obvio). En fin, lo interesante de este filme, más allá de que el argumento es archiconocido, es que Will Smith logra cargarse el monólogo al hombro. Yo pensaba que el único que podía hacer eso era Tom Hanks, pero este otro se la banca, y muy bien. Y vos decís, más allá de los efectos especiales, una película con pocos actores te debe salir barato, pero Will Smith solito cobra 20 millones de dólares por película. Así las cosas.

La otra, “El fin de los tiempos” (The Happening) también ambientada en la misma ciudad norteamericana, trata sobre una supuesta “venganza” de la Naturaleza, que con el fin de quitarse al Hombre de encima, libera una toxina de los árboles que hace que la gente se suicide. Chuiiiiii. Está protagonizada por el también célebre y musculoso Mark Wahlberg, que es un profesor de ciencias (otra casualidad), y dirigida por el super-controvertido M. Night Shyamalan, que después de hacer “Sexto Sentido” fue defenestrado en todas sus siguientes producciones, pero quieras o no, a mí algunas veces me deja pensando.

La tercera es lejos una de las mejores que he visto en mucho tiempo: “Niños del Hombre” (Children of Men), de Alfonso Cuarón y con estelares de Clive ‘Madera’ Owen, Michael ‘Señor Inglés’ Caine, y Julianne ‘Pecas’ Moore. El mundo, envuelto en caos y guerras internas, se ha quedado sin niños y sin posibilidades de procrear, no porque nadie tenga ganas de pasar un buen rato, sino porque parece que no se puede. Pero Clive tendrá a cargo llevar a la única mujer embarazada hacia un lugar seguro y así salvar a la humanidad. Bien por Clive, pero mejor por Alfonso, que se pasa con la edición y la cinematografía de esta cinta que tuvo tres nominaciones al Oscar en 2006.

En definitiva, si estás con espíritu desolador, y no te enganchaste todavía con “Malparida”, podés encontrar estas tres piecitas en el cable durante lo que queda de abril y mayo.
  • “El fin de los tiempos”, el jueves 29 de abril, a las 22:00 hs, por Cinecanal.
  • “Soy leyenda”, el domingo 2 de mayo, a las 22:00 hs, por Cinemax.
  • “Niños del Hombre”, el viernes 28 de mayo, a las 00:35 hs, por TNT.

24 de abril de 2010

Mentime, que está de moda

Muchas veces, cuando se habla de infidelidad en la pareja, me llama la atención que se haga mención al acto adúltero en sí mismo, que en una sociedad monogámica como la nuestra es por cierto doloroso y denigrante para el afectado. Sin embargo, muy pocas veces se analiza la mentira de la que es víctima una de las partes involucradas, en ese caso aquella a la que le “meten los cuernos”, y que para mí sigue siendo peor que ser "un gorreado/a".

Cuando vi esta publicidad -que pego más abajo- quedé anonadada. Un grupo de empresarios, creativos, etc. de la cerveza mendocina “Andes” inventó el “Teletransporter”, una cabina acústica (realmente muy original y nunca vista antes), que se ubica dentro de un bar, para que el joven al que la novia lo llama justo cuando está con los amigos chupando, se meta adentro y simule estar en otro lugar. El slogan de la bebida: “Por qué mentir, si podes teletransportarte”. Una vez ahí adentro, el pibe elige entre una gama de sonidos ambiente (ej. Gimnasio, dentista, internado (sic), embotellamiento, baño) y le dice a la chica que está “en el hospital” o en un “Bar Mitzvah”.

A ver… capaz yo soy medio suspicaz, pero hay un par de cosas que no entiendo:

1) Decirle a la persona que amas que estás internado en el hospital cuando en realidad estás con tus amigos en un boliche, ¿no es mentir? Pregunto… no sé… capaz alguien pueda explicarme entonces qué carajo es mentir. Ya mismo me voy a buscar la enciclopedia.

2) Si a vos te gusta salir a beber cerveza con tus amigos, ¿para qué te buscas una mina que te rompe los huevos? Hay mujeres que te dejan ir a chupar tranquilo.

3) Si a vos te gusta salir a beber cerveza con tus amigos, y no lo podés evitar, ¿para qué te ponés de novio? Te recomiendo que veas “Two and a Half Men” en donde Charlie Sheen demuestra que podés pasarte la vida catando whisky, sin comprometerte con nadie.

4) Según mi humilde opinión, muchos de los que entran al Teletransporter deberían estar agradecidos de que una mina les de pelota.

Y ahora, la pregunta más importante ¿Para cuando un Teletransporter para timar a tu jefe, la justicia, tus viejos, tus amigos y el resto de la sociedad? Claro, después cuando algún político nos engaña sin necesidad de meterse a un compartimiento acústico, uno se embola…
Así estamos, no nos quejemos.

Acá te presento la fantástica pieza de ingeniería. Imaginate si esta gente se dedicara a inventar aparatología para promover el bien común y curar enfermedades…


22 de abril de 2010

Carta abierta a Adrián Suar

A ver… no quiero se forra… pero… Suar: ya habías hecho “Malparida” antes. ¿No te acordás? Fue en 2006. La protagonizaban Nati Oreiro y Facu Arana. Se llamaba “Sos mi vida”. Está bien, algunos detalles están cambiados. Ella era boxeadora, de clase media-baja, y busca trabajo en la empresa de bienes raíces de él. El era hijo de un empresario, tenía una novia rubia mala (Carla Petersen), vestía trajes, era rico y había sido corredor de autos. ¿Qué pasó? ¿Te chorearon los guiones viejos?

Ahora Juanita Viale es una chica de clase media-baja que busca empleo en la empresa inmobiliaria de Gonzalo Heredia, que es el hijo del dueño, es rico, tiene una novia rubia mala (Carina Zampini), viste traje y corre en moto. Está bien, la Oreiro no buscaba vengarse de nadie, pero… casi, casi, Alcoyana Alcoyana.

A ver… no estoy pidiendo la superproducción de “Lost”, o la superguionada “Lie to me”, o una remake de “Los X Files” con efectos especiales y todo… pero… vamos… ponete las pilas. ¡¡Ya la vimos!! De onda.

21 de abril de 2010

Mi amigo Facebook

Hace un par de años una amiga, fanática de las relaciones sociales de cualquier estirpe, me recomendó que me uniera al Facebook. “¿Qué es eso?”, le dije. “Es como el Messenger, pero con fotos”, me respondió. “Naaaa, no me interesa”, contesté. Y no le di pelota. Eventualmente, cuando la mayoría de mis contactos empezó a mandar invitaciones por correo, sucumbí a la tentación de saber por qué tantas personas iban hacia el mismo lugar y decidí investigar sobre el tema. Finalmente, tarde pero seguro, terminé enganchada como una pelotuda.

Habiendo ya pasado un tiempo, tengo un par de preliminares sobre para qué sirve y cómo se comporta la gente en la red social más famosa del mundo.

Bien.

Están esos que aceptan TODO. No importa si son personas desconocidas, pervertidos, amigos de amigos que jamás hemos visto, grupos de lucha contra la injusticia animal en Indochina, etc. No le dicen que no a nada y tienen más amigos que Roberto Carlos.

Están también aquellos que comparten sus sentimientos más profundos con todo el mundo. Cada día amanecen y publican frases como: “Tengo frío”, “Qué larga y dura es la vida”, “Estoy contento”, o citan a cantantes famosos para reflejar su estado de ánimo, preferiblemente tipos sensibles como Sabina, y no toscos y atrevidos como Axl Rose.

Están también esos otros que lo utilizan como parte de su trabajo y cada dos o tres horas te cuentan qué es lo que hace su empresa, adonde están, de donde vienen, que van a hacer mañana. Insufribles.

Después están aquellos que juegan a Farmville, Mafia Wars, Qué se yo, y llenan el muro con animales para dar en adopción, pedidos de materiales, huevos de granja, puntos de juego, paquetes, etc. O peor aún, invadidos por una repentina fuerza adictiva superior a la que causa la heroína, inventan perfiles nuevos o le roban la contraseña a sus familiares para poder tener dos granjas y ganar más monedas, como para dar un ejemplo.

También están esos otros que no contestan tus invitaciones, pero tienen perfiles públicos y así vos te enterás que “Fulanito/a se hizo amigo/a de 25 personas”, pero a vos no te aceptó. Como si la indiferencia cotidiana no fuera suficiente, también existe la incuria on line.

O están aquellos, que perseguidos por el fantasma de la inseguridad informática, piensan que el Facebook se va a corporizar y los va a secuestrar a la vuelta de la esquina, por lo que destruyen todo su perfil, no se conectan jamás, no publican fotos y vos terminás sin saber quiénes son.

Y ni hablar de los ex despechados o despechadas, que utilizan tu perfil y tus datos para hacerte la vida imposible.

En fin, el Facebook te ayuda a encontrar familiares perdidos, que hace años que no ves, pero que tampoco verás nunca más; o compañeros del primario, que cambiaron sus fisonomías al extremo del desconocimiento y que planean reuniones del reencuentro, que jamás se concretarán.

Afortunadamente, existe una función pequeña que dice “OCULTAR” y en la que vos podés decidir a quién ver y a quién no, pero ojo, cuando te diste cuenta, de los 250 amigos que tenés, solo te quedan los mismos de siempre, esos que tenés en el teléfono y con los que te juntas a comer el fin de semana.

Y valga un consejo para aquellos, como una, que cumplen casi todos los mandamientos expuestos arriba: si terminás reemplazando a tus camaradas de carne y hueso por un software, al final el único amigo que te va a quedar es Facebook. Ironías de la vida, si las hay.

13 de abril de 2010

Y ahora, ¿quién podrá quedarse a limpiar?

El otro día, de visita en casa de amigos del sexo masculino, una de las chicas comentó -frente al quilombo reinante que había en la casa- que a los muchachos les vendría bien una mujer. Me la dejó picando. "Mmmmm. Una mujer… Si yo fuera esa mujer, el quilombo sería aún mayor", pensé. Y después me preocupé. Pero me preocupé no por ser una enquilombada, sino por esa ideología arraigada de las mujeres de asumir que deben ser ellas quienes ordenen los quilombos, limpien la cocina y planchen la ropa.

Instantáneamente, se me vino a la cabeza la publicidad de Mister Músculo, esa que cuenta la historia de un superhéroe de la limpieza, que llega como el Chapulín Colorado a auxiliar a una fémina en apuros, que lo necesita de manera urgente porque no puede sacar una mancha. Obviamente, Mister Músculo, que tiene más fibras que el pan de salvado, le hace entrega del producto a la mina y después sale corriendo para dejarla limpiando sola. Siempre me hago la misma pregunta: ¿Por qué coño no se queda y limpia él? Tanto músculo al pedo, quedate y pasá el trapo, pelafustán. Pero no. El final siempre es el mismo.

Ahí es donde yo entiendo que se pone de manifiesto esa estructura institucionalizada que sostiene que "el hombre no limpia". Puede manejar máquinas, submarinos, aviones, barcos, instrumental científico-tecnológico y viajar en cohete a la luna, pero se le queman los libros cuando tiene que enchufar una plancha y pasarla por encima de una camisa. Uno de esos misterios de la humanidad que ni Columbo podría develar.

Ahora bien, si haces un repaso por las publicidades actuales, lo de Mister Músculo es una fantochada. Hay otra mina que define “frustración” como no poder “sacar las manchas” (sic), y vos ahí decís “bueno, al menos la piba debe tener un sexo fantástico, un laburo de la puta madre y un jefe divino, porque si eso es lo que te frustra mamita, no sabés lo que es tener un problema”. Y ni hablar de las de yogurt, que se basan en datos científicos para sostener que todas las personas que sufren “tránsito lento” son minas, como si a los hombres no les pasara nunca. Etcétera.

En fin. Vamos chicas! Rompamos el molde, pero empecemos por casa, porque si seguimos pensando que a los hombres que viven solos les hace falta una mujer para vivir más prolijamente, no nos quejemos cuando nos tiren el pantalón para que se lo planchemos y después nunca nos llamen para pilotear un avión.

Yo, por mi parte, no compré ni compraré jamás Mister Músculo, al menos hasta que el bastardo no se quede a limpiar el piso, mientras yo me relajo leyendo una Cosmo.