26 de mayo de 2011

City tour

Soy cordobés, y ando sin documentos, porque llevo el acento de córdoba capital”, dice el cuarteto. Si sos cordobés y alguna vez cruzaste los límites provinciales hacia el resto del mundo, sabés que apenas abrís la boca, la tonada te pone en evidencia. Esa es una de las características que nos definen desde pequeños y que no podremos evitar nunca. Pero hay otras que son adquiridas luego y, aunque no practicadas, se nos adjudican como propias: el fernet, el cuarteto, el choripan, el chiste fácil, etc. (vos completá el resto). Yo no tomo fernet, ni bailo cuarteto, y soy bastante aburrida, pero si sos cordobés tenés que aceptar y asentir cuando te sirven la bebida, te ponen la música y te piden que les cuentes chistes. Debés responder al estereotipo.

En fin. Son esas cosas a las que los nacidos y criados en Córdoba nos terminamos acostumbrando. Otra cosa a la que nos terminamos acostumbrando es a NO ver cine cordobés, al menos no en el circuito comercial. Uno se habitúa también a que el cine “nacional” tenga solo tonada porteña, actores porteños y mucha denuncia. Sí, el cine argentino muchas veces busca entretener, pero aprovechando la volteada para redimir cuestiones históricas, sociales, de clase, etc. No porque el cine deba solo entretener y no reflejar la realidad, pero termina siendo una causa en sí mismo.

Por muchas de estas razones, me gustó “De caravana”. Fui a verla y salí muy conforme, aunque hay que reconocer que a veces empalaga. La película, de la que habla todo el mundo y que recibió críticas positivas en todos lados, tiene una buena historia, pero también tiene un detalle reprochable que es la sucesión de estereotipos: la Mona cantando “Quien se ha tomado todo el vino”, el travesti que pone un salón de belleza, el baile, el chori en el Parque Sarmiento, el fernet y el tetra de vino, la chispa del chiste cordobés, el hincha de Talleres y Belgrano; por momentos es como si llegaras a La Docta y te hicieran un tour de dos horas por todos los clichés mediterráneos.

Sin embargo, la apuesta por el argumento universal de la love-story al tipo chico-apático-abc2-conoce-chica-humilde-que-quiere-superarse-y-se-enamoran-mientras-viven-una-serie-de-eventos-desafortunados, no deja de estar buena, la peli está muy bien hecha, hay buena química entre los personajes y tiene actuaciones superlativas como la del “Laucha”. De caravana logra amalgamar estos aspectos: nos invita a vernos a nosotros mismos, no hace causa de las diferencias, y te entretiene con una historia divertida. Y la hizo un equipo cordobés. Ya con eso se te hincha el pecho de orgullo.

No esperes que la editen en DVD. Todavía está en cartelera (por cuarta semana) en los Dino, en el Espacio INCAA Unquillo y en el Gran Rex. Andá y apoya el talento local. No seas indiferente.

Sacate la peluca

Johnny Depp es sin dudas uno de los mejores actores de su generación. Lejos, el más versátil de todos los que nacieron en la década del 60 y que han hecho suspirar a las minas de todas las edades, especialmente las que nacimos en los 70.

Indefectiblemente este talento del que está dotado, que lo distingue sobre el resto, le favorece a la hora de aceptar papeles rebuscados y excéntricos. Se los ofrecen y él los hace de maravillas. Pero eso nos juega en contra a nosotras, porque, desde la perspectiva más egoísta de todas, siempre sale disfrazado, con pelucas y mucho maquillaje, y ni siquiera se parece a Johnny Depp. Y yo quiero ver a Johnny Depp.

Vos podrás decir que este comentario es estúpido, y te doy toda la razón, pero hay que tener en cuenta que mucho de lo que lleva a las masas de mujeres a ver una película como “Piratas del Caribe”, es precisamente la presencia de Johnny Depp.

Las minas de hoy en día estamos ocupadas, tenemos laburos exigentes, jefes rompe-pelotas, hijos o sobrinos demandantes, esposos-novios-etc. dependientes, en definitiva muy poco tiempo disponible, así que cuando llega la hora de relajarnos y ver algo bueno en la tele o en la gran pantalla, capaz lo último que se nos cruza por la cabeza es falshear con Willy Wonka, un pirata parecido a Keith Richards y mucho menos con el Sombrerero Loco de “Alicia en el País de las Maravillas”. Muy por el contrario.

Todos estos motivos llevaron a que cometiese el error de alquilar “El turista” aún sabiendo que había sido una de las peores películas realizadas el año pasado. Cómo será de mala, que el cómico Ricky Gervais en la ceremonia de entrega de los Globo de Oro, dijo que la única razón por la que ese film estaba nominado era porque el organizador (la prensa extranjera en Hollywood) quería pasar el rato con Johnny Depp y Angelina Jolie (mirá el video a partir del minuto 1.40, es genial). Y es verdad. Película lamentable si las hay, pero con uno de los Johnny Depp más lindos de los últimos tiempos. Al menos vale para eso.

Ojalá Johnny acepte en el futuro más roles parecidos.

Tiene magia, tiene hechizo, pero dónde es que lo tiene

De onda… ¿qué le ven las minas a James Franco? No recuerdo un actor más insípido desde que Clive Owen desparramara un galón de insipidez en “Más allá de las fronteras” con otra terrible insípida como Angelina Jolie.

El tipo parece sacado de acá a la vuelta, no tiene glam, no derrocha simpatía, no es lindo y todavía no estoy segura si actúa bien. James Franco es uno de esos pibes que te tienen que avisar que está ahí, de lo contrario ni te acordás que existe. Por las dudas te repaso: fue el “amigo” del Hombre Araña (actuación ampliamente superada por Willem Dafoe como su padre), fue el “novio” de Sean Penn en “Milk” (actuación ampliamente superada por el otro novio interpretado por Diego Luna), fue el “amante” de Julia Roberts en “Comer Rezar Amar” (actuación ampliamente superada por la sola presencia de Javier Bardem), fue imagen de Gucci, fue el “deportista” que se queda atrapado en “127 horas” (rol por el que fue nominado al premio de la Academia!! como para que te des una idea de lo superpromocionado que está el hombre), y fue el conductor más insípido de la ceremonia del Oscar de la historia reciente. Perdón, pero no hay sinónimos válidos para describir a un insípido como este. Voy a tener que seguir llamándolo insípido.

Lo que resulta llamativo es cómo la industria ha logrado colocar a este chico en la cúspide de la celebridad, en detrimento de otros actores de su misma generación que lo superan ampliamente en dotes histriónicas (y muchas veces infravalorados) como James McAvoy, Jonathan Rhys Meyers, Ryan Gosling o Cillian Murphy.

Si sos temeraria y te bancas la insipidez extrema podés verlo sufrir horrores, solo, durante varios minutos, en su última película disponible: “127 horas”. Leí por ahí que algunas personas en no-sé-qué-país-desarrollado se desmayaban en la escena clímax de este film que incluye una amputación (suena a marketing, pero me surge la duda sobre quién querría ir a ver algo que a otro le hace perder el conocimiento).

Y eso que el pibe no me hizo nada, pero no lo puedo ni ver.