Todo por un polvo

“La vida de David Gale” era una buena vida. El hombre tenía un laburo reconocido, esposa, hijo, trabajaba por una causa, le iba bien. Hasta que se cruzó con una zorra. No quiero sonar machista, pero ya lo habían dicho una vez: No hay nada más peligroso que una mujer despechada. Y si vivís en Texas (EE.UU.) te tomaste unas copas y la mina te encara en una fiesta, en un abrir y cerrar de ojos perdiste todo y estás en la cárcel condenado a muerte.

“La vida de David Gale” es, desde acá, una película muy localista, ya que trata el tema de los sentenciados a muerte en el gran país del norte, los famosos “Death man walking” que alguna vez hicieron Sean Penn -del lado de los malos- en “Mientras estés conmigo” y Tom Hanks -del lado de los buenos- en “Milagros inesperados”. Afortunadamente, esta cinta no recala en la morbosidad de la inyección letal o de la electrocución de la que hicieron dulce aquellas dos. Más bien, plantea los interrogantes éticos sobre la imperfecta justicia de los hombres y te muestra hasta dónde puede llegar uno por sus ideales o por un desatinado polvo.

Sumamente recomendable para personajes autóctonos como Susana Giménez, Mirtha Legrand o Marcelito Hugo Tinelli. La están pasando por el cable, más precisamente por MGM, AXN y FOX durante diciembre y enero.

Te dejo como perlita un video sobre una de las clases que David Gale (Kevin Spacey), brinda a sus alumnos universitarios sobre la teoría de Jacques Lacan.