29 de septiembre de 2010

Voveré y seré asiática

Vuelve Nikita. Ni yo lo puedo creer todavía. Se hace realidad lo que reclamaron los fanáticos ardientes de la primera serie, aquella que terminó a medias en 2001. Sí, sí. Mucha gente quería a Nikita de nuevo, esa chica rubia que asesinaba terroristas a sangre fría pero con un dejo de arrepentimiento. Esa chica alta que hablaba con voz ronca y vestía tacos altos, lentes oscuros y Dolce&Gabanna. Esa chica fascinante que amaba a su jefe Michael, otro asesino despiadado de la Sección 1. Si no la viste, te perdiste una de las mejores cosas que hubo en la tele.

Nikita está de vuelta, sin Peta Wilson ni Roy Dupuis, pero con gente joven llena de energía, con otros colores de pelo y otras estaturas. Nikita ahora es Maggie Q, esa morocha con rasgos asiáticos que lo caga a palos a Bruce Willis en “Duro de Matar 4.0”. ¿Te acordás? Era la chica mala a la que John McClane tira por el ascensor luego de pelear mano a mano. Cuando el novio pregunta, McClane le dice: “La última vez que la vi, estaba en el fondo de un elevador con una camioneta incrustada en el culo”. De salón.

Bueno, ahora la mina viene a seguir matando gente corrupta, pero con algunos cambios de estructura argumental: la Sección 1 cambia por la División, Paris cambia por algún lugar en los Estados Unidos, Michael cambia por Shane West que no lo conoce ni la madre. Aparentemente, la nueva serie pretende ser un spin off de la anterior, aunque con los mismos personajes viviendo en una realidad distinta. Una cosa de locos que habrá que ver. Pero promete escenas de acción violenta, misterio y (espero) un poco tensión sexual, aquel ingrediente fundamental que hizo de la primera tira una de sus virtudes fundamentales.

Pronto (no sé bien cuándo) por Warner (canal 39 del cable en versión no digital).