11 de noviembre de 2011

Hola Walden

Y al final la tierra se ordenó, las tinieblas se apartaron y el espíritu de Charlie Harper ascendió a los cielos. Y al octavo mes desde el despido, los argentinos suscriptos a Warner Channel pudimos ver la nueva temporada de Two and a half men que ya no tiene a Charlie Sheen, pero sí a Ashton Kutcher. Y los televidentes comprendimos que lo hecho estaba bueno y después pudimos descansar tranquilos sabiendo que nuestra serie continúa, y no tan mal.

Todo el mundo lo sabía: era un desafío interesante poder extender el programa de los Harper sin el personaje principal. Pero quedó demostrado que los creadores tienen un rol indispensable en la arquitectura de los guiones que tanto hacen reír y que Jon Cryer (Alan) era una pieza fundamental de la fórmula. Por lo pronto, lo que parecía imposible ocurrió y varios misterios sobre cómo seguiría Two and a half men fueron revelados. Charlie Harper falleció en un supuesto accidente mientras se encontraba con Rose en París. Tras el velorio, al que asistieron muchas de las mujeres que pasaron por el programa, hizo aparición Walden Smith (muy bien interpretado por Kutcher) un multimillonario inmaduro y depresivo que acaba de romper con su esposa. Smith compra la casa y se hace amigo de Alan. Nada muy rebuscado.

Lo interesante y donde hay y seguirá habiendo discordia, es sobre las relaciones que se plantean post era Sheen. Los vínculos resultan ahora inverosímiles. Si bien Alan permanece en la casa como resultado de un acto de misericordia de Smith, el resto de los personajes (salvo el ama de llaves Berta que continuará trabajando allí) no tienen ninguna vinculación con el nuevo dueño. Cómo se desenvolverán esos lazos es intrigante. Otro dato: la incorporación de Judy Greer en el rol de la ex esposa de Walden es desconcertante, ya que la actriz ya había participado de la serie como la hermana de Herb (y no hace mucho cómo para que nos hayamos olvidado).

Los creadores tenían dos opciones: largar todo y hacer un show diferente o renovar. Acordaron a medias. Lo más sensato en este escenario, es pensarlo como una nueva experiencia y añorar lo que fue sin esperar retornos. El resultado es, por lo pronto, interesante y divertido. Y la presencia de Kutcher es visualmente muy motivadora.

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