Viajando por tus sueños

Siempre me pregunto qué moviliza a las personas. Qué factores hacen que elijas hacer tal o cual cosa con tu vida. Qué demonios. Qué ilusiones. Qué delirios. Qué utopías. No podía dejar de pensar en ello cuando vi “Into the Wild” (Camino salvaje), esa película que Sean Penn esperó durante diez años poder dirigir, aguardando con paciencia el permiso de la familia involucrada en la historia. El film estuvo nominado al Oscar y a los Globo de Oro el año pasado, pero como las elecciones yankis siempre me generan suspicacias, jamás la alquilé. Ayer, un casual zapping a las 22 horas y lo pobre que está la programación en el cable, hicieron que yo ocupara el palco de honor en el sillón del living de casa y me bancara las 2 horas y media que dura este viaje de un chico en búsqueda de la felicidad. Pero te advierto, no es de esos viajes de placer a Ferrugem con 12 amigos en vacaciones de verano.

El joven Chris McCandless, interpretado por Emile Hirsch (uno de los nuevos galancetes de Hollywood), se gradúa de la universidad y de un día para el otro dona sus ahorros, abandona todo, familia, nombre, seguridad, carrera, amor, y se toma el palo para ir a convivir con la Naturaleza, en Alaska. Sí sí. En Alaska. Solo. Y mientras viaja, el pibe va conociendo gente, transformando sus vidas y moldeando la suya.

No voy a quemar el final para los que no la vieron y no conocen esta historia, que fue real. Solo te diré que esperás el desenlace con ansias, para descubrir si el pendejo, de solo 24 años, vuelve a su casa luego de dos años de travesía y si puede, habiendo logrado lo que quería, descubrir el significado de la famosa felicidad, esa de la que nadie conoce la fórmula secreta.

Excelente película, optimizada por la breve actuación de Hal Holbrook, un viejo que Chris conoce ya llegando al continente helado.

La pasan por Cinecanal.