Daniel-san

Cuando armé los rankings de mejores escenas del cine, pensé en hacer un listado sobre las peores películas de deportes que se habían hecho. El inventario era largo, hay bodrios para tirar para arriba, pero hubo una que me hizo dudar, porque llevaba ligados sentimientos encontrados: “Karate Kid”. El joven Ralph Macchio, a quien todos recordaremos sin arrugas porque nunca más apareció en algo decente que haya salido del celuloide, se entrena en el arte marcial con el señor Miyagi para que no lo hagan cagar los chicos chetos del pueblo. Pero el señor Miyagi no es ningún tonto y se aprovecha del pibe para que le lustre el auto y le pinte la cerca. Un grande. Encera, pule. Encera, pule. Cama arriba, cama abajo. Cama arriba, cama abajo. Perdón, esa última era de Los Simpsons.

El otro día la agarré en canal 12, que por suerte va renovando la programación (todo salvo “Valientes” que parece que no termina más), y me colgué reviviendo esa película llena de clichés de los 80: el chico excluido, la rubia linda con novio malo, las peleas de adolescentes, el deporte como redención, la figura paterna ausente, etc.

Pero más que nada, me quedé viéndola para rememorar la posición de “la Grulla”, que TODOS practicamos después de ver la película. Y cuando digo TODOS me refiero a TODOS. No me vengas con que vos no la viste y no sabés de qué estoy hablando. TODOS nos paramos en una pata y probamos saltar sin apoyar la pierna. TODOS.

Bueno, no sé si la están dando en el cable porque los buscadores de Multicanal y Cablevisión andan como el culo, pero capaz la encontrás en TCM o en algún videocasete grabado y guardado en el desván de tu casa. Suerte.

PD. Nunca pude definir si era una película buena o mala. Eso sí, las secuelas fueron bochornosas.

PD2. Gran Miyagi, que en paz descanse.