El Príncipe Azul ha muerto

Hace un tiempo inventamos con un amigo el juego “Le doy, no le doy”. La gracia del esparcimiento consistía en abrir páginas web de boliches de Córdoba y buscar fotos de hombres y mujeres a quienes elegíamos para “darle o no darle”. Ahí fue cuando descubrí -con asombro- que mi amigo, un gran pirata de la noche, "le daba" a cualquier cosa que tuviera escote. No importaba si la nariz de la mina era del tamaño de una banana, o si tenía dientes ballenescos o si lo pasaba en altura. El "le daba" a todo.

Llegué entonces a la conclusión de que el hombre inexorablemente solo ve el “paquete” cuando mira a una mujer, no al pedo la industria cosmética mundial factura millones de dólares anuales. Pero el hombre también se enamora. La duda es ¿en qué momento el bello paquete recibe el alma en el cuerpo y deja de ser solo un envase? Creo que allí es donde la ciencia no tiene respuesta, como tampoco la tiene para explicar esa “brecha evolutiva” entre el mono y el hombre.

Cuando éramos niñas, nuestras madres nos arropaban y nos dormían con cuentos de hadas y de príncipes valientes que blandiendo una espada y montando un caballo luchaban contra dragones feroces y rescataban a la chica de las fauces de la maldad. Ahora, los hombres han cambiado espadas por celulares, caballos por el Messenger, y los dragones parecemos ser nosotras que desilusionadas por la ineficacia del filo, arremetemos contra ellos haciéndolos huir hacia el castillo. Ellos se volvieron miedosos ambiguos y nosotras psicópatas desesperadas.

Esta película, como su nombre lo indica, te muestra “La Cruda Verdad” (The Ugly Truth). El hombre busca muchas veces solo sexo. Y la mujer busca muchas veces a un príncipe azul que hay que reconocer que está en vías de extinción. Sin embargo, en el medio de esa dicotomía, es donde dos personas se encuentran, y como quien no quiere la cosa, el envase se desvanece y se terminan enamorando. Ya sabemos que las comedias románticas siempre tienen finales felices.

Creo que como en “Hitch”, este filme te brinda información útil e importante sobre las armas de seducción, pero siempre teniendo en cuenta que mientras más elaboradas sean, más difícil luego será mostrar tu verdadero yo.

Yo por mi parte, sigo creyendo que todo debería ser más fácil. Me gusta, le gusto, dale. Ya se lo había dicho Harry a Sally en esa película que vimos todas: “Cuando te das cuenta que querés pasar el resto de tu vida con alguien, querés que el resto de tu vida comience ya mismo”.

Con Katherine Heigl y Gerard Butler, “La Cruda Verdad” sale pronto en DVD.

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