El otro día volví a ver con gran placer “Regresiones de un hombre muerto” ("The Jacket"), un thriller protagonizado por el narigón ganador del Oscar, Adrien Brody, y la bella Keira Knightley. La había alquilado hace años, pero me había olvidado el final y la verdad es que valió la pena revivirla.El filme comienza con un veterano de la Guerra del Golfo que regresa a su casa cerca de fin de año. En el camino auxilia a una madre y a su hija con desperfectos en su camioneta. Luego, haciendo dedo, termina enroscado en un crimen e internado en un Psiquiátrico. Los médicos, que son bastante profesionales, prueban con él una suerte de tratamiento nuevo, que consiste en atarlo con una camisa de fuerza y meterlo dentro de una especie de sarcófago totalmente claustrofóbico. Una cosa horrible. Lo que no saben, es que, una vez allí, el pibe entra en una especie de trance que lo lleva hacia el futuro, en donde descubre que –en su presente- va a morir en pocos días.
Allí empieza la parte intrigante, porque además, en sus viajes conoce a una chica y se enamora, pero cuando todo está en la mejor parte, el flaco desaparece y vuelve para atrás. Pasado. Futuro. La pregunta es: ¿Podrá el tipo cambiar su suerte? ¿O el destino está escrito, no importa lo que hagamos? Las mismas preguntas que surgen cuando uno ve Terminator. Te la recomiendo.
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