17 de septiembre de 2009

¿Quieres que te cuente mi secreto?

Hace poco me recomendaron que viera “El Secreto”, una de esas películas que se desprende de la gama de los libros de autoayuda y autosuperación, que mueven millones de dólares en el mundo. La autora, Rhonda Byrne, una productora de TV y escritora australiana, la venía pasando mal, se mataba laburando, estaba estresada, había perdido a su padre, nada le salía bien, hasta que un día descubrió “el Secreto” para la vida perfecta y decidió revelárselo al mundo. Según la leyenda, “el Secreto” era conocido por los grandes hombres de la humanidad, pero había sido negado a la plebe (ergo a la clase trabajadora) como una forma de dominio de los más poderosos hacia los más débiles (o al menos eso es lo que yo entendí).

Y a esta altura ya te estarás preguntando: ¿“Y cuál es el famoso ‘Secreto’”?, pero para eso vas a tener que bancarte (como yo) la película, que dura una hora y media, y que parece un documental de Discovery Channel.

Allí, filósofos, psicólogos, empresarios, visionarios, metafísicos, etc., se esmeran en explicarte, con algunos ejemplos que llegan hasta el grotesco cómico, cómo tú puedes atraer el bienestar y la felicidad a tu vida basándote en la “Ley de la Atracción”, que básicamente sostiene que si tienes un pensamiento positivo, tus experiencias van a ser positivas y lo que pidas se te concederá: salud, dinero, amor, etc.

Sin entrar en abundancias, “El Secreto” roza las creencias religiosas de toda clase -capaz sacando la parte de la culpa-, y esa filosofía que no es desconocida por nadie que dice “todo en la vida vuelve”, “siembra vientos y cosecharás tempestades”, o “a veces Dios para castigarte contesta tus plegarias”. Y la da vuelta: si quieres ser feliz, tienes que imaginarte siendo feliz y serás feliz.

Lo único concreto que te puedo decir, es que después de escribir el libro y hacer la película, la revista Forbes estimó las ganancias de Rhonda Byrne en 12 millones de dólares solo en 2007. En fin, creer o reventar. Yo, por las dudas, pruebo.

3 comentarios:

Magnolia dijo...

"Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad".
Albert Einstein.

Jorge Cascone dijo...

Voy a ser crítico con esta película, porque la vi, porque probé (incluso antes de verla) y por la obviedad de la estupidez que anuncia.
Al verla, me dió la sensación de que si dura 1 hora y media, hay 1 hora 20 minutos de más. Porque se limitan a repetir lo mismo, diferentes personas, una y otra y otra y otra vez. Al principio pensé que el secreto era otro (no te lo pueden repetir tantas veces), pero no, parecen ser de la escuela en que hay que machacar hasta que entre.
Desear algo mucho, realmente, de corazón, hará que las estrellas se alineen y se dé el esperado resultado... Ay ay ay. Sin embargo lo probé (antes de ver la peli), durante mucho tiempo (mas de un año) hice TODO por conseguir un trabajo. Buena letra, lobby, presencia, y sobre todo MUCHO deseo. Menos chupar las medias (no me va) hice todo lo demas, dentro de lo ético. Y no salió el laburo. Por suerte, quizás si se daba penasaba que la pelicula ésta decía algo cierto. Y me clavaba el resto del viaje.
Por último, lo obvio es pensar "todas las personas sin recursos o con falta de alimentos o cualquier otro drama real... ¿no desean cambiarlo?" Según la peli, el deseo es la llave del cambio.
Sé que habrá gente que no estará de acuerdo conmigo en esta desacreditación del "Secreto". A ellos les digo: deseen lo suficiente que yo cambie mi opinión de ésta película, y esten atentos a mis futuros comentarios. Veremos.

Tati Sánchez dijo...

Cascone, creo que el mensaje principal de esta película es que hay que ser positivo, y tener una mirada positiva. Yo también pensé en "todas las personas sin recursos o con falta de alimentos o cualquier otro drama real" y es obvio que suena ridículo. Creo que como toda teoría falla al ser aplicada a un contexto cultural diferente (en el llamado primer mundo capaz hay cosas que se consiguen más fácil), pero si se quiere, sirve como idea para cambiar de pensamiento.
Ayer vi "Sí señor", ya vamos a hacer un paralelismo.